poesía

El pinar en mayo

y me siento en alguna piedra aún fría por el frescor de la noche, observo el agua y algunos veleros a lo lejos, impulsados por el viento y miro aún más lejos, montañas atestadas de pinos que esconden ese pequeño y maravilloso océano, mecánico y artificial integrándose en toda la armonía que lo rodea.