
Cada cierto tiempo surge algún avance que provoca un aluvión de comentarios y publicaciones en torno a cuántos y qué trabajos desaparecerán porque pasarán a ser automatizados y realizados por una máquina. Es cierto que en la actualidad, la tecnología avanza a gran velocidad y que esto provoca que nuestra forma de trabajar y los trabajos en los que nos desempeñemos, cambien con bastante rapidez. Pero esto no solo implica al trabajo, ya que sucede en otros muchos aspectos de nuestra vida cotidiana, como por ejemplo el uso de la tecnología: la desaparición de las cabinas telefónicas por la generalización de la telefonía móvil, la hiperconectividad en la que nos vemos envueltos… Convivimos en una realidad que hace sesenta o setenta años resultaba imposible de concebir para un ciudadano medio.
Pero, como abordé en el artículo La desaparición de los oficios, la irrupción de nuevos oficios es algo que lleva articulándose desde el principio, porque la vida se asienta en un constante cambio, y el cambio, como tal, forma parte de nuestra esencia humana.